30 de noviembre de 2016

Comunión




HijoMío, quiero contarte que lo más maravilloso de la vida es la vida misma y no debemos complicarnos tanto porque a la larga no hemos venido sino a crecer y crecer es disfrutar y así la vida será entonces una fiesta sagrada. Quiero compartir contigo mi felicidad, si la gente recordara que vivir es lo más maravilloso que nos puede ocurrir, cómo no celebrarlo con acciones plenas y pensamientos puros, cómo no vivir agradecidos teniendo presente que el mejor agradecimiento es y será estar bien. Así que quiero compartir contigo mi felicidad como lo he hecho desde que naciste, quiero además confesarte algo: La vida y la naturaleza son en realidad lo mismo, son belleza pura y donde sea que vivamos debemos sentir la fragancia del amor, no olvides esa riqueza, y jamás olvides tus raíces.

Debes aprender a ser humilde de corazón, a respetar y cuidar, a amar y disfrutar y por sobre todas las cosas siempre a agradecer porque si no le agradeces a la vida no tendría sentido vivir y luchar día a día. Quiero que seas como el viento, transparente, libre y puro, quiero que seas espacio abierto.

Coincidimos con tu mamá en llamarte Juan Sebastián que significa Libre Amante, ojalá para ti eso quiera decir que seas libre y ames mucho; ese es tu nombre y nosotros lo propusimos, empero podrás cambiarlo si así lo deseas, pero no cambies tu esencia, siempre respétala y valórala.

Pasaron los años y creciste y ahora asistes al Colegio y aunque dicen que la vida es la mejor de las escuelas la educación del Colegio es necesaria; debo pedirte el favor que no aceptes competir con tus compañeros, no son importantes los diplomas, ni las buenas notas si no sabes formarte de valores; tu derecho a equivocarte no te lo quitaremos jamás, esto es un juego y en realidad quien tiene más experiencia es quien más se ha caído, cuando te equivoques aprende con humildad de tu error, recuerda que te queremos humano, libre y feliz. Donde sea que vayas se amable y amoroso, el que seas un hombre nunca te lo va a impedir. Recuerda HijoMío, el amor es el arma más poderosa, no lo olvides, apréndelo de tu madre.

Finalmente quiero decirte que cuando concluya mí tiempo en la tierra y me haya marchado, desde entonces me vestiré de estrella para ti y te visitaré y compartiré contigo esos instantes de libertad que siempre soñé. Todo tiene final HijoMío, cada instante es principio y fin, cada instante es eternidad. La vida es una escuela permanente y siempre habrá un tiempo de aprender y ese es ahora y sólo quien se ayuda a sí mismo es capaz de ayudar a los demás. Quiere a tu madre y por sobre todas las cosas jamás la dejes sola, recuerda bien que ella te dio la vida, su alma y su corazón. 


Hasta siempre HijoMío, recuerda que el mundo es tuyo ahora.




TU PAPÁ. / Noviembre de 2016

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