26 de julio de 2015

NO ES AMAR, ES SER AMANTE




Una de las facetas más curiosas de la esquizofrenia, consiste en que una parte de la mente comprende la realidad y la capta de cierta manera, pero otra parte puede negarse a aceptar lo percibido, y el conflicto entre esas dos partes del cerebro resulta tan terrible que uno aprende a rendirse ante la que sea más fuerte en aquel momento sin importar lo lejos de la realidad que pueda estar.

Ser amante, ser un buen amante se considera un arte en muchas partes del mundo Oriental, es una lástima que el término amante hoy en día esté tan prostituido para Occidente, porque el amante no es más que esa persona con la que normalmente se está poniendo cachos y que provee únicamente amor sexual y la verdad eso resulta macabro y triste, cruel y paradójico, porque en cualquier tipo de relación de pareja deben existir para que funcione, mínimo un par de amantes. Lamentable que el ser humano que nació del amor y es amor por antonomasia, no sepa amar.

El sol ama, sin asideros, sin reservas; él entrega su luz sin importar quien quiera verla o quien se queme con su calor y aún cuando sepas que es de noche, tendrás la fe ciega que él está ahí. Total, amas su plenitud. El árbol ama, sin pretextos, sin condiciones, te da su sombra y tú verás si la aceptas o no porque simplemente está ahí, te da su corteza y su fruto aunque él muera por eso. Total, amas su fortaleza. De eso se trata el amor, de ver la inmensidad de las cosas que nos rodean y todos quienes nos rodean son inmensidad, abrigo y hermosura y dan sin importarles que les pueda suceder, así mueran. Nadie debería intentar limitarnos.

Freud dijo alguna vez que un amor que no discrimina pierde ante nuestros ojos buena parte de su valor, porque comete una injusticia frente al ser amado; y además, no todos los seres humanos merecemos ser amados. Considero que no cualquier ser humano ni debe, ni puede ostentar ese titulo, porque intentar ostentar esa vanagloria de ser amante es muy complejo sobre todo cuando traemos consigo árboles y soles y algunos demonios también y de nosotros depende discriminar, pero no discriminar al amor sino mas bien de quien realmente deseamos recibirlo. 

El amor y la esquizofrenia tienen muchos rasgos en común, y no pretendo decir que el amante sea esquizofrénico, ni que el esquizofrénico sea todo un amante, pero al fin de cuentas ambos llevan un poco de cordura en su locura. Cuando alguien se enamora locamente, normalmente tiene dificultad para conservar a su círculo de amigos, incluso para trabajar por estar con la pareja, se pueden tener problemas de ansiedad cuando no se están juntos, se presenta dificultad para concentrarse y para dormir por pensar en el otro y luego, en las etapas más avanzadas se llega a la depresión e incluso a pensamientos o comportamientos suicidas si la pareja los abandona, hasta es posible escuchar o ver cosas que no existen y crearse videos elaboradísimos cuando no se sabe en dónde está ella, se aíslan de pura melancolía y luego se disminuyen las emociones y entonces comienzan esas creencias fuertemente sostenidas que no son reales llamadas delirios. Igualito a la esquizofrenia.

El grave problema no son las relaciones, eres tú en las relaciones; porque tú eres quien se empeña en aferrarse a ellas como desearías que fueran y no como realmente son, cada relación trae consigo un amor distinto a las anteriores y debes vivir y dejar crecer ese amor tal cual es y así le podrás dar la importancia que se merece, una vez medites esto sabrás vivirlo tal cual para lo que llegó, y sólo así disfrutarás cada una de tus relaciones con el fin que les es propio.




Me gusta el término amantes 
para definir una relación de pareja, 
en la medida que continuemos siéndonos amantes 
podemos decir que amamos a ciencia cierta.





Sexvolución



2 comentarios:

  1. Amo la esquizofrenia que el amor provoca en mi...yo amante del amor, ese que te hace perder la cordura y la voluntad

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  2. Es bueno saber que llevamos a un amante esquizofrénico en nuestro interior. Al fin y al cabo todo se resume en la locura y perder la cordura al amar.
    Es la impaciencia la que nos hace perder la razón...sea cuando esperamos que el amor sea correspondido como también cuando uno ya se encuentra en medio huracán.

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